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domingo, 11 de junio de 2017
Todos tenemos claro que el arte y la cultura suelen ir de la mano en una gran variedad de actividades, a la par de que con ello también estamos atesorando nuestras tradiciones, pues bien, en la ciudad de Alicante concretamente, cuando llega el mes de Junio con sus acaloradas fiestas de "Les Fogueres de Sant Joan", las calles se convierten en una eclosión de coloridos, formas y estilos, pero también de palabras con ingenio, aunque estas, al quedar plasmadas en pequeñas cartelas al pie de cada "ninot", generalmente de entonación satírica, parece que pasen desapercibidas ante el colosal conjunto.
«Un sueño que sueñas solo, sólo es un sueño, un sueño que soñamos juntos, es una realidad» ©John Lennon
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Boceto de la Hoguera Altozano 2017 Título: "Un sueño que sueñas solo es un sueño". Constructor: David Sánchez Llongo |
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La belleza de Altozano 2017, Paula Sánchez Menchón, con su presidente, Miguel Ángel Espuch Rodríguez el día que presentaron oficialmente su monumento. |
domingo, 4 de junio de 2017
On 23:00:00 by María Serralba in Coachin Literario, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural, Ventana solidaria Sin comentarios

No concibo cómo podemos dormir tranquilos cada día, a pesar de escuchar las
atrocidades que se cometen a diario, no solo en nuestro país, sino en todo el
mundo, contra el sexo femenino de manos de sus respectivas parejas. ¿Nos estamos
inhumanizando? Quizá así sea. El constante y variado bombardeo de noticias
ofrecidas por los propios medios de comunicación nos provoca el llamado “efecto
tortuga”, es decir, generar sobre nosotros mismos y lo más grave, sobre
nuestras conciencias (quien la tenga), un grueso caparazón por el que nos
resbala todo, y cuando digo TODO me estoy refiriendo a los sucesos de bullying,
atracos, catástrofes, corrupción, desahucios y, como no, en este mismo pack
también estarían incluidas las víctimas de Violencia
de Genero. Como contrapunto a tal apatía, es triste ver cómo nos
escandalizamos cuando nos llegan los incrementos en las cuotas de las facturas
de la luz, del gas, etc., entonces SÍ somos capaces de presentar todos los
escritos o realizar todas las llamadas de quejas posibles, en tal de que nos
consideren una bonificación. ¡Pero en qué mundo estamos viviendo, señores!
A bote pronto, ¿alguno de ustedes sabría decirme, en este mismo instante,
cuantas mujeres han sido asesinadas, maltratadas o vejadas ya sea física o
psicológicamente en lo que llevamos de año? No, cierto. Pues ahí tienen la
respuesta. Nadie tiene consciencia de ello por qué este holocausto que viene sucediéndose
desde hace siglos, es ya lo cotidiano, y lo tomamos con la misma naturalidad
que empleamos al consultar los mensajes en nuestros móviles, pero tengan en
cuenta que esas posibles víctimas no andan muy lejos de ustedes, hoy en día
puede ser cualquiera, una vecina, una hermana, una hija, incluso usted misma.
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Foto: ©Rafa Arjones |
«¿Cuánto hay que sufrir por amor?».
¿Cuánto hay que sufrir por amor?, podría ser mi próxima pregunta, y estoy
segura que todos ustedes responderían al unísono que para amar no hay que
sufrir, y eso sería lo correcto, siempre y cuando no volviésemos a recordar lo
dicho anteriormente, ni repasar las cifras espeluznantes que nos ofrece cada
año los Cuerpos de Seguridad del Estado y organismos oficiales.
Ahora que están tan de moda los reality show, ¿usted se prestaría a ponerse
en el papel de una de ellas y vivir, aunque fuese solo por un día, su
experiencia vital? Estoy segura que su respuesta volvería a ser un NO rotundo, pero
a ellas nadie les ha pedido su opinión, nadie les ha advertido de lo que
pasaría, nadie les ha dado a elegir, son víctimas de la confianza, del amor,
del terror, del abuso, y cada vez son más numerosos los casos donde ha habido
denuncia previa, donde se ha llegado a considerar por parte de la justicia
competente, una orden de alejamiento para el agresor, y donde se ha terminado por
identificar a la víctima, como una de esas valientes que se atrevieron a
denunciar su caso.
Las víctimas de Violencia de Género
son seres humanos con sentimientos e ilusiones como el que más, así que debe
resultar devastador el saber que, tras entregar lo más preciado que uno tiene,
que lo ha atesorado y alimentado en su corazón para poder dárselo generosamente
a otro ser, con ilusión, con confianza y esperanza, el único pago que va a
recibir sea una bofetada, en el mejor de los casos.
«¿Cuántas violencias de género crees conocer?»
Por lo general solemos
relacionar dichas palabras a las agresiones físicas: moratones, cortes, etc.,
sin embargo, también las hay silenciosas y constantes, las que no se ven y van
minando la mente día tras día, me refiero a las agresiones psíquicas. Miles de
mujeres las han sufrido estoicamente cuando, ya sean sus padres, tutores e
incluso mujeres adultas de su entorno, les han condicionado su intelecto y su
vida diciéndoles una y mil veces: “No, tú no vales para eso” “No, tú no
puedes estudiar aquello” “No, tú eres mía y has de encargarte de mí, de mi
casa y de mis hijos” “No, tú no puedes pintarte la cara, si lo haces parecerás
una puta” “No, tú no puedes casarte, debes cuidar de tus padres” “No, tú no
puedes salir con otros amigos que no sean los míos”, etc, hasta quedar anulada
su voluntad e incluso su razón por la que seguir viviendo.
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Foto: ©Pep García |
«El matar a otro ser nunca ha tenido justificación, entonces... ¿por qué la tiene si la víctima es una mujer?».
¡Basta ya! a la VIOLENCIA DE GÉNERO.
Efectivamente existe desde hace siglos, pero nadie le ponía nombre, es más,
incluso cuando ocurría, en otros tiempos se llegaba a encontrar una válida
justificación para demostrar que la acción de ese hombre había sido totalmente
justificada. El matar a otro ser nunca ha tenido justificación, entonces... ¿por qué
la tiene si la víctima es una mujer? ¿Por qué dicen que perteneces a ese
hombre? Que yo tenga entendido, cuando nacemos, lo hacemos solos, al igual que morir,
morimos solos, los seres humanos somos individualistas en los momentos más
decisivos de nuestra existencia, por consiguiente, no llevamos código de barras
ni etiqueta alguna en la que diga que somos propiedad de fulanito o de
menganito, eso, solo sale en las películas de ciencia ficción.
Seamos realistas, y de una vez por todas pongamos todos los medios a
nuestro alcance para que la Violencia de
Género se convierta en un mal sueño y no, en una pesadilla que han de vivir
muchas mujeres día tras día.
Artículo publicado por ©María Serralba
en el Llibret de la Hoguera Florida Sur /2017
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sábado, 3 de junio de 2017
On 23:58:00 by María Serralba in Coachin Literario, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural, Ventana solidaria Sin comentarios
Hoy ha tenido lugar en el salón del Club Información la presentación del llibret de la Hoguera Florida Sur al que han titulado "Del Morado al Negro", y en él, tal como os comenté en el post anterior, he colaborado con un artículo en el que denuncio un tema actual como atroz que es la VIOLENCIA DE GÉNERO.
Leer artículo: ¿Desde cuándo el amor genera violencia?
El acto ha resultado muy ameno y familiar, aunque al inicio, nos ha robado a todos unas lágrimas al ser proyectadas algunas de las imágenes que acompañan al magnífico trabajo fotográfico "Del Morado al Negro" que se ofrece en el llibret.
Entre los asistentes estábamos todos los que hemos participado de una forma u otra en este proyecto, como Ángel García Catalá (en la fotografía ofreciéndonos unas palabras), o Rafael Arjones. Por supuesto que todos los miembros de la comisión y algún que otro curioso que no ha querido perder la ocasión de hacerse con un ejemplar de este llibret tan cargado de emociones.
On 23:55:00 by María Serralba in Coachin Literario, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural, Ventana solidaria Sin comentarios
Hola amigos, hoy no voy a hablaros de colores, aunque sí es cierto que hay dos en concreto, el MORADO y el NEGRO, que van a ser los protagonistas de este post.
"HABLA DEL SILENCIO" es el título del monumento que este año planta la hoguera del distrito Florida Sur, del que es autor y presidente, Federico Molinero. El monumento contará con un presupuesto de 20.000 euros y la temática, tanto del monumento como del llibret de la hoguera, va a ser complementaria y de apoyo a un proyecto solidario que lleva una década en marcha y que tuvo sus inicios con una exposición balance de 32 lonas, en el Aulario II de la UA, donde quedaba plasmada con toda su crudeza, los casos de violencia de género que ha habido hasta la fecha en nuestra ciudad, vistos desde el obturador de profesionales de la fotografía como pudiera ser Rafael Arjones. La visión de esta lacra social por parte de la prensa gráfica alicantina ha resultado novedoso a la par de impactante. Otra de las gestiones que se va a realizar con este proyecto solidario es acudir a los centros escolares para concienciar a nuestra juventud sobre esta temática, dicha responsabilidad recaerá en Angel García Catalá.
La Hoguera Florida Sur es una de las pocas hogueras en Alicante qué a través de sus monumentos, siempre ha procurado hacer visible la figura de la mujer, en otras ocasiones fue emanando de él su su alma, y en esta ocasión, haciendo valer sus derechos.
Desde mi ciber espacio quiero dar las gracias a Federico y a su equipo, por darme de nuevo la oportunidad de ser partícipe de un hermoso proyecto.
Con Federico Molinero y Ana Campayo ante su monumento "Habla del silencio" |
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sábado, 13 de mayo de 2017
On 16:40:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural Sin comentarios
Hoy el tema a tratar en clase ha sido la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, pero nada mejor que escuchar las experiencias vividas por mis alumnas para saber cómo y de qué manera ha evolucionado el sector laboral femenino, ¿o no ha sido así? Juzguen ustedes mismos.
Cuando se es joven se puede con todo y todo, se saca adelante.
© Relato de Mª Dolores Aracil (alumna de T.E.C.A. 2017),
adaptado por María Serralba
adaptado por María Serralba
Cuando se habla de trabajo siempre se piensa en el que se realiza fuera de casa, y no se da valor al trabajo del ama de casa. El ama de casa, si para de trabajar, es porqué decide que ya está bien por ese día, por que en una casa siempre hay algo que hacer, desde la compra y las comidas del día, hasta lavar, planchar, barrer, limpiar el polvo, fregar el suelo y los cacharros, o dedicarte a hacer la limpieza de los cristales y armarios.

Si paras, como os decía anteriormente, es porque quieres, y no por que no haya nada que hacer, y lo peor es que es un trabajo que no está valorado. A pesar de todo, a mí siempre me ha llenado dedicarme a mi familia, y eso que he tenido temporadas en las cuales he trabajado desde casa para tiendas que me hacían encargos, ya que lo mío era la confección, pero recuerdo lo difícil que me resultaba sacar tiempo para todo.
© Relato de Matilde Verdugo (alumna de T.E.C.A. 2017),
adaptado por María Serralba
adaptado por María Serralba
He escuchado a mis compañeras hablar de lo mal que lo han pasado de pequeñas, y me doy cuenta de que he sido una privilegiada, tanto en mi niñez como en el resto de mis días, y no me puedo quejar.
Aunque no he tenido que trabajar fuera de casa, sí he tenido que ayudar a mi madre en casa, puesto que hemos sido nueve hermanos y yo, la mayor. He tenido que hacer muchas mangas de jerséis porqué a mamá no le gustaba hacer las mangas. También tenía que fregar los cacharros de la comida, pero no falté al colegio, ni a mis juegos, porqué también tenía que estar con mis hermanos, por qué los cuatro que me seguían eran varones, pero no lo lamento, así aprendí a jugar juegos de chicos y de niñas.
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Foto: Manu García, "Secretos de Madrid" |
He sido feliz con mis hermanos, todo esto nos ha hecho estar más unidos, incluso en estos momentos de nuestras vidas, no podemos estar sin hablarnos, como estamos lejos, unos de otros, nos llamamos por teléfono y nos preocupamos de todo lo que nos pasa.
Tengo muchas más cosas que contar pero eso, será en otra ocasión.
sábado, 3 de diciembre de 2016
On 23:00:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural Sin comentarios
En un grupo de estudio siempre te puedes encontrar con alguna alumna que sea hiper activa, pero si esta, además tiene una edad considerable, hay una pregunta que inevitablemente te haces: ¿cuántas cosas habrá hecho esta mujer en su longeva vida? Pues bien, yo me he encontrado con uno de esos casos, y ha sido ella misma quien me ha puesto en antecedentes de algunas de sus "peculiares" vivencias que comparto con vosotros. Como todas mis historias urbanas, esta también tiene su moraleja y es la siguiente: "nunca digas de esta agua no beberé por muy turbia que la veas".
UN CAMBIO DE AIRES
Corrían tiempos de cambio y en mi casa no iba a ser menos. Vivíamos en Moratalaz, un barrio de Madrid. Teníamos un buen piso con cuatro dormitorios, dos baños, una espaciosa cocina y dos terrazas, en resumidas cuentas, un pequeño latifundio urbanita. El negocio de la churrería, la única del barrio, iba viento en popa, pero al parecer eso no era suficiente para mi esposo.
Mis hijos ya eran crecidos y quizá ello contribuyó a que mi esposo me formulara una extraña proposición: "Maty, ¿qué te parece si ponemos una granja?". Sin salir de mi asombro le respondí, aunque no fue con una rotunda negativa, sino más bien le argumenté que al no tener ni idea de ganado, el asunto no me parecía del todo acertado. Él me rebatió diciendo que en Calzada ya teníamos terreno asignado y estaba todo listo, así que no hubo más que discutir y allí nos fuimos.
El coche se adentró en caminos rurales, zigzagueó y terminó parando ante una pequeña construcción en mitad de la nada. "Ya hemos llegado a nuestro nuevo hogar", me dijo, y yo para mis adentros exclamé, ¡pardiez!, tal como habría dicho Don Quijote si hubiera conocido a mi "ingenioso" esposo y sus despropósitos. Según pude saber en los días sucesivos, su idea de "un cambio de aires" era ser ganadero y no de cualquier especie en general, sino de una en particular, la raza porcina. Contratamos jornaleros, compramos guarras de cría, unos cuantos lechones y cambiamos de mover la brillante y dulce textura del chocolate, al fango donde se rebozaban los cochinos, así sin más. Quién me iba a decir que aquel cambio de aires se convertiría en poco tiempo en todo un huracán.

Los días pasaron rápidos y entretenidos entre dar de comer a los cochinos, y atender la casa y a mi marido, parecía que me iba adaptando bien a mi nueva situación hasta que las cochinas empezaron a parir, y ahí se terminó nuestro descanso ya que teníamos que estar junto a ellas para que del peso, no aplastasen a los lechones. Sandalio, mi capatáz, llamó al veterinario para reconocer a una cochina que tenía el parto complicado, la marrana estaba enorme y parecía que iba a explotar de un momento a otro. "Aquí no hay nada que hacer. Podéis mandarla al matadero", nos aseveró antes de marcharse. Y allí me quedé yo, una mujer de ciudad con prácticas académicas de despacho, sin ningún doctorado en medicina veterinaria, y mirando a los ojos a una cerda parturienta que parecía pedirme a gritos que la auxiliara.
"Veamos, cerdita bonita, sé que estás sufriendo y yo soy novata en todo esto, aunque he sido madre dos veces y sé por lo que estás pasando, así que por favor, ayúdame a ayudarte". El animalito pareció entender mis palabras y cuando se tranquilizó me enfundé unos guantes de fregar, los unté de aceite de oliva, y sin pensármelo dos veces, aunque por dentro estaba muy nerviosa, me puse manos a la obra. Le hablé con amor mientras con suaves movimientos seguía hurgando en su interior y, ¡por fin! mi esfuerzo tuvo su recompensa; tras salir un lechoncito muerto, otros doce sonrosados y preciosos nacieron vivos tras él, lo cuál hizo que la madre mejorara casi al instante. Desde ese día todos los vecinos me apodaron "Maty, la matrona de cochinas". Aquellas Navidades me prometí a mí misma que no comeríamos a ninguno de aquellos lechoncitos, y la promesa la mantuve hasta que la cerda murió de vieja, tiempo suficiente para aprender a cortar los colmillos a sus numerosas crías, el rabo y ponerles el hierro.
Por amor me embarqué en una aventura que en aquel tiempo pensé me iba a costar la vida y fue mi amor por los animales quien hizo que ayudara para que la vida surgiera de ellos. Todavía recuerdo aquellos tiempos con cariño e incluso con cierta nostalgia y, a pesar de todo, nunca me arrepentí de ello.
@Relato de Matilde Verdugo (alumna de T.E.C.A.),
adaptado por María Serralba
Mis hijos ya eran crecidos y quizá ello contribuyó a que mi esposo me formulara una extraña proposición: "Maty, ¿qué te parece si ponemos una granja?". Sin salir de mi asombro le respondí, aunque no fue con una rotunda negativa, sino más bien le argumenté que al no tener ni idea de ganado, el asunto no me parecía del todo acertado. Él me rebatió diciendo que en Calzada ya teníamos terreno asignado y estaba todo listo, así que no hubo más que discutir y allí nos fuimos.
El coche se adentró en caminos rurales, zigzagueó y terminó parando ante una pequeña construcción en mitad de la nada. "Ya hemos llegado a nuestro nuevo hogar", me dijo, y yo para mis adentros exclamé, ¡pardiez!, tal como habría dicho Don Quijote si hubiera conocido a mi "ingenioso" esposo y sus despropósitos. Según pude saber en los días sucesivos, su idea de "un cambio de aires" era ser ganadero y no de cualquier especie en general, sino de una en particular, la raza porcina. Contratamos jornaleros, compramos guarras de cría, unos cuantos lechones y cambiamos de mover la brillante y dulce textura del chocolate, al fango donde se rebozaban los cochinos, así sin más. Quién me iba a decir que aquel cambio de aires se convertiría en poco tiempo en todo un huracán.

Los días pasaron rápidos y entretenidos entre dar de comer a los cochinos, y atender la casa y a mi marido, parecía que me iba adaptando bien a mi nueva situación hasta que las cochinas empezaron a parir, y ahí se terminó nuestro descanso ya que teníamos que estar junto a ellas para que del peso, no aplastasen a los lechones. Sandalio, mi capatáz, llamó al veterinario para reconocer a una cochina que tenía el parto complicado, la marrana estaba enorme y parecía que iba a explotar de un momento a otro. "Aquí no hay nada que hacer. Podéis mandarla al matadero", nos aseveró antes de marcharse. Y allí me quedé yo, una mujer de ciudad con prácticas académicas de despacho, sin ningún doctorado en medicina veterinaria, y mirando a los ojos a una cerda parturienta que parecía pedirme a gritos que la auxiliara.

@Relato de Matilde Verdugo (alumna de T.E.C.A.),
adaptado por María Serralba
jueves, 17 de noviembre de 2016
Hola amigos, hay conversaciones que una vez terminadas te hacen reflexionar, eso mismo fue lo que me sucedió el otro día al hablar con Casilda, una encantadora mujer de 91 años, con pelo cano repleto de plateados y algodonosos rizos, que enmarcaban un semblante que te transmitía pura ternura con solo mirarlo.
Nuestra charla de mujeres fue saltando de un tema a otro, algo típico entre féminas, hasta que llegamos a rememorar los tiempos en que Casilda tenía tan solo quince años, a penas una niña, y vivía con timidez y temor los primeros escarceos amorosos con su primer y único novio, que años más tarde se convertiría en su esposo.
«Cuando te veo tan pintadita y tan requeteguapa, María, me acuerdo de mí época de jovenzuela», me decía, esbozando una deslumbrante sonrisa, mientras me mostraba orgullosa la hilera de dientes perfectos que le brindaba su dentadura postiza recién restaurada, ya que días antes, la anterior, había quedado pulverizada al caerse ella de bruces contra el suelo; a la vista de mi preocupación por su estado de salud, Casilda me pedía encarecidamente que no me preocupara de nada, que no sentía dolor, que por lo único que sentía pena era por encontrarse sola en la vida sin la compañía de su esposo, ni de sus hijos, aunque eran bien visibles los moratones y heridas que el incidente le había ocasionado, pese a ello, no se quejaba.
«Podrías pintarte un poco, Casilda. Si te maquillaras los párpados y los labios te verías igual que yo», le dije a modo de lisonja, pero aquella mujer de mirada cálida y apacible, no era fácil de convencer, ella sabía perfectamente su condición y aparentemente tenía claras sus decisiones, aunque sus siguientes palabras me darían a entender que no había sido siempre así. La edad o la timidez de Casilda no había sido nunca su problema, pero sí lo habían sido los celos desmedidos de su difunto esposo.
«¿Pintarme a estas alturas?, si yo nunca me he pintado», me respondió apesadumbrada, matiz que noté en su voz y que me transmitió más información de lo que Casilda pretendía compartir, no obstante, y a pesar de saber ya la respuesta, le consulté el motivo de no hacerlo.
«Mi esposo, que en paz descanse, no quería que me pintara, decía que estaba bien sin pintar, aunque sus hermanas bien que lo hacían», me respondió en tono de reproche y continuó, «pero, cuando yo se lo comenté, me dijo que lo que hicieran ellas le daba exactamente lo mismo, solo le importaba lo que yo hiciera, ya que quería que fuese su mujer». Al escucharla me sonó a la típica respuesta del varón posesivo. Ante el gesto de extrañeza que hice, Casilda continuó su historia. Parece ser que su novio le había amenazado con que si se pintaba, no iría junto a ella por la calle, de hecho, cuando a ella le salían los coloretes en los mofletes, típicos de los días de mucho frío, él cruzaba la acera y seguía paseando por la de enfrente, eso sí, observándola en todo momento porque no soportaba que otros hombres la mirasen.
«Recuerdo lo mal que lo pasé aquel día, lo recuerdo como si fuese ayer —me decía—. Mi padre me había comprado una pirueta de fresa por mis notas y me pasé toda la tarde chupándola, cuando la terminé ya era la hora de que mi novio llegase a recogerme para salir a dar una vuelta, así que me arregle y le esperé en la puerta. Nada más verme empezó a regañarme como si hubiese hecho un delito, incluso salió mi madre al balcón al escuchar los gritos, no sé para qué, si terminó poniéndose de su parte y a mí, dándome una regañina por haber disgustado a mi novio. Al parecer, mi novio pensaba que me había pintado los labios; ¡ni te imaginas lo que me costó convencerle de que se trataba del colorante de la piruleta! Estuvo un mes sin venir a verme ni enviarme ninguna nota, incluso le dijo a un amigo en común, que volvería a pensarse muy en serio el hacerme su esposa, ya que no podía consentir que la que fuese su mujer le desobedeciera y no cumpliera a raja tabla con sus deseos. Cuando me enteré creí morir, estaba tan enamorada de él... pero al fin todo se solucionó y por supuesto, nunca más me maquillé», me confesó, finalizando su relato con una risilla tímida.
«¿Y a partir de ese día fuiste feliz con él?», le consulté, aunque luego me di cuenta que era innecesario, el que sabe sumar sabe que "dos y dos son cuatro", y el comportamiento del supuesto novio ya dejaba por aquel entonces mucho que desear, quizá por ello no me extrañó notar que la respuesta de Casilda tardara tanto en salir de sus labios. «Tenía que serlo, ya que ese hombre era el que Dios me había enviado, ¿quién era yo para rechazarle? Él me había elegido a mí entre todas y me sentí afortunada». Tras un suspiro de impotencia, decidí cambiar de tema, pero he de confesaros que en la boca del estómago me quedó un regusto amargo y sobre todo una pregunta: ¿a cuanto había tenido que renunciar Casilda para salvar su matrimonio y sobre todo, para no encolerizar a su posesivo marido?
La violencia de género no se limita solo a agresiones físicas, el mermar la libertad, la voluntad y los deseos a un ser que lo da todo por AMOR, quizá sea la violencia más peligrosa y cruel que exista, ya que te anula poco a poco y en silencio, por lo tanto, el agresor queda impune de su cruel acción y puede pasar totalmente desapercibida en nuestro entorno, e incluso terminar siendo asumida por la propia víctima como si se tratase de una actitud adoptada por propia voluntad.
Reflexiones de ©María Serralba bajo la SUPER LUNA del 14/11/16
viernes, 5 de agosto de 2016
On 10:21:00 by María Serralba in Describiendo una imagen, InfoBlog, Ventana Cultural Sin comentarios
Cuando tomé el libro entre mis manos no había razón alguna para hacerlo, quizá estaba hastiada de la pasividad de mi rutina en el palacio o, quien sabe, de mi misma.
Escogí un lugar apartado del bullicio, con mi propia compañía era más que suficiente, y aparecí en uno de los corredores de las estancias principales. Apoyé levemente mi columna sobre una pared decorada con bellas estampaciones y reposé mis pies sobre el suelo virgen, exento de recargados alfombrados. Necesitaba sentir la tierra fresca, sentirme a mí misma.

El tiempo pasó sin apenas darme cuenta de ello, a no ser por las leves gotas de agua que se desprendían evasivas del canelón subyugante de la clepsidra. ¿Cuánto tiempo me resta hasta volver a mi vida?, me pregunté. ¿Cuál será el final de mi historia no escrita?, pensé con temor. Todo estaba allí escrito, entre líneas, las mismas que iban dando forma a mi incertidumbre, las mismas que me decían que tras leer la última página ya no sería yo, sino de él. Mi cuerpo, mi mente y todo mi ser ya no me pertenecerían.
Reflexión de una lectora cautiva © María Serralba
domingo, 5 de junio de 2016
On 18:32:00 by María Serralba in AGENDA, Coachin Literario, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural 1 comentario
Todo empezó con una idea unida a una ilusión y a un objetivo, para terminar convirtiéndose en una realidad. Una realidad enriquecedora sobre todo a nivel humano.
Cuando me asignaron para impartir este tipo de talleres, un tanto atípicos dado los tiempos que corren y más, teniendo en cuenta mi peculiar formación y manera de ser, creo que hicieron una apuesta por algo más que un "taller de escritura bonita", como lo calificaron algunas de las personas interesadas que en un principio llegaron a los centros a preguntar. Las expresiones creatividad y autodidacta no son algo nuevo pero quizá sí aplicado a la escritura.
El primer día he de confesaros que fue horroroso. Contaba con un buen material y tenía mi puesta en escena aprendida, pero los nervios seguían presentes cuando empecé a hablar a un nutrido grupo que tenía una ganas locas de acribillarme con preguntas de toda índole, sobre todo una que a todos les tenía en vilo: «María, ¿de qué va exactamente este taller?
Tras ese comienzo hubo días en los que el proyector dijo de no ir, con lo cuál la exposición en Power Point que tenía preparada se fue al garete y tuve que improvisar. En otros fue el ordenador, haciéndome quedar mal al quedarse la pantalla en negro, en resumen, más improvisación. De la noche a la mañana tuve que cambiar la técnica y en lugar de proyector, transmití las clases por cable HDMI en un mega televisor que hasta el momento lo único que había transmitido eran partidos de fútbol. Como veis un sin vivir constante. Pero todas esas chinitas en el camino lo único que hicieron fue, que me diera cuenta qué de todas ellas podía salir airosa simplemente por una razón, por que mis alumnas siempre estaban allí para apoyarme y animarme. Sus rostros reflejaban las ansias de conocimiento, sea cual fuese este, y yo disfrutaba alimentándoles esa codicia de saber. A la segunda semana mi deseo inicial de querer dar una patada al suelo y desaparecer bajo tierra, se esfumó, empecé a tomar conciencia de que allí podía hacer muchas más cosas que la mera labor docente de enseñarles a ser escritores y a escribir bien, y así lo hice.
Cuando me asignaron para impartir este tipo de talleres, un tanto atípicos dado los tiempos que corren y más, teniendo en cuenta mi peculiar formación y manera de ser, creo que hicieron una apuesta por algo más que un "taller de escritura bonita", como lo calificaron algunas de las personas interesadas que en un principio llegaron a los centros a preguntar. Las expresiones creatividad y autodidacta no son algo nuevo pero quizá sí aplicado a la escritura.
El primer día he de confesaros que fue horroroso. Contaba con un buen material y tenía mi puesta en escena aprendida, pero los nervios seguían presentes cuando empecé a hablar a un nutrido grupo que tenía una ganas locas de acribillarme con preguntas de toda índole, sobre todo una que a todos les tenía en vilo: «María, ¿de qué va exactamente este taller?
Tras ese comienzo hubo días en los que el proyector dijo de no ir, con lo cuál la exposición en Power Point que tenía preparada se fue al garete y tuve que improvisar. En otros fue el ordenador, haciéndome quedar mal al quedarse la pantalla en negro, en resumen, más improvisación. De la noche a la mañana tuve que cambiar la técnica y en lugar de proyector, transmití las clases por cable HDMI en un mega televisor que hasta el momento lo único que había transmitido eran partidos de fútbol. Como veis un sin vivir constante. Pero todas esas chinitas en el camino lo único que hicieron fue, que me diera cuenta qué de todas ellas podía salir airosa simplemente por una razón, por que mis alumnas siempre estaban allí para apoyarme y animarme. Sus rostros reflejaban las ansias de conocimiento, sea cual fuese este, y yo disfrutaba alimentándoles esa codicia de saber. A la segunda semana mi deseo inicial de querer dar una patada al suelo y desaparecer bajo tierra, se esfumó, empecé a tomar conciencia de que allí podía hacer muchas más cosas que la mera labor docente de enseñarles a ser escritores y a escribir bien, y así lo hice.
«La finalidad principal de Proyecto T.E.C.A. es, que todos los participantes den lo mejor de sí y descubran su auténtico potencial».
Ha pasado más de un año desde que escribí esta frase resumiendo mi labor, y os puedo asegurar que la realidad la ha superado con creces. De taller a taller hemos compartido vivencias, hemos celebrado onomásticas y mejorías tras operaciones delicadas. Hemos apoyado a compañeras ante situaciones incómodas en su día a día. Se han escrito cartas de deseos y algunos de estos, con la ayuda desinteresada de todas, se han hecho realidad. Se ha disfrutado de suculentos dulces siempre que ha habido ocasión, obedeciendo las palabras de Santa Teresa que decía así: "...cuando oración, oración, y cuando perdiz, perdiz...", y hemos tenido jornadas de abrazos cuando alguien llegaba con la moral por los suelos. Hemos hablado de Shakespeare, puesto nombre al cuervo de Edgar Aland Poe y analizado textos de Gustavo Adolfo Becquer, pasando por escritores nacionales e internacionales que más de uno ya habíamos leído. Resumiendo, una amalgama de emociones y vivencias que hacen especial lo que a simple vista parecía un taller ordinario.
El año que viene es probable que tenga otra oportunidad para ser testigo de cómo la pluma de T.E.C.A. vuelve a hacer magia entre los que asistan a ella. Estoy feliz de haber contribuido a realizar una gran labor, muy necesaria en una sociedad que cada día se decanta más por el individualismo, y agradezco nuevamente a la Concejalía de Acción Social del Ayto. de Alicante, y muy especialmente a la Animadora Sociocultural de los centros comunitarios y de mayores, Dalia Rosas, haber querido incluir PROYECTO T.E.C.A. como Actividad Cultural Innovadora 2015-2016 entre los numerosos talleres ofrecidos en estos.
El año que viene es probable que tenga otra oportunidad para ser testigo de cómo la pluma de T.E.C.A. vuelve a hacer magia entre los que asistan a ella. Estoy feliz de haber contribuido a realizar una gran labor, muy necesaria en una sociedad que cada día se decanta más por el individualismo, y agradezco nuevamente a la Concejalía de Acción Social del Ayto. de Alicante, y muy especialmente a la Animadora Sociocultural de los centros comunitarios y de mayores, Dalia Rosas, haber querido incluir PROYECTO T.E.C.A. como Actividad Cultural Innovadora 2015-2016 entre los numerosos talleres ofrecidos en estos.
domingo, 15 de mayo de 2016
Hay algo que siempre me arrastra de manera poderosa y ese algo es poder presenciar las fiestas populares de una localidad. Dicen que los artistas, ya seamos escritores, pintores, etc., solemos ver las cosas desde otro prisma y creo que, el que lo dice, tiene mucha razón. En esta ocasión he tenido la suerte de ver desde mi propio prisma de escritora, las FIESTAS DE SAN ISIDRO 2016 en la localidad de Yecla, y a pesar de conocerlas, nunca dejan de sorprenderme.
Por encima de todo, lo que más ha de valorarse es la unidad de un pueblo, aunque se lleve a cabo realizando una labor tan trivial como podría ser cubrir de miles de conos de papel de colores una estructura arrastrada por un tractor. Pero hasta en ese gesto se ve reflejado el trabajo en equipo, la respuesta cariñosa del resto de la gente que, aunque no participan en su elaboración, demuestran a los participantes su apoyo y les animan a continuar. En resumen, en la vida, las pequeñas cosas, los gestos cotidianos y que suelen pasar desapercibidos, muchas veces son los más importantes, los que asientan las bases y pilares del buen hacer de una comunidad, y eso es lo que he visto en Yecla.
Con una guía de excepción como es Maria Pilar Navarro Val, Concejal Delegada de Comercio, Mercados y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Yecla, compartí mesa y buenísimo arroz con la Escuadra Arcabuces Arabí, fundada en 1979, que reune a un nutrido número de miembros e impresionante historial festejo. Siguiendo nuestro apretado itinerario, realizamos una última visita a las carrozas, infantiles y adultas. Ya estaban todas valoradas por el jurado, pero no pude evitar hacer mi propia quiniela, y os puedo asegurar que en más de una acerté de pleno.
Las encontramos distribuidas en varias calles y expuestas al público que constantemente se detenía a admirarlas. Fue inevitable no sacar la cámara y tomar algunas instantáneas ya qué como os comenté, todos los años sorprende la originalidad y el trabajo tan elaborado que imprimen en ellas los miembros de cada peña, artistas pacientes y entregados, si no fijaos en los detalles.
Incluso me sentí identificada cuando vi esta carroza. El búho y los libros fueron como un imán que hizo que me pegase a ella por alguna razón. Una de las componentes de la peña me reconoció, porque había asistido a mi presentación en Yecla, qué casualidad, ¿no os parece?, así que hacerme una foto con ellos fue inevitable.
También por casualidad nos hicimos fotos con la que obtendría el 3er. Premio en Categoría Adulta, aunque si por mí dependiera, le habría dado el primer premio a todas. Quien sabe si fuimos nosotras las que le dimos buena suerte...
Con un sobresalto nos dimos cuenta de que ya estaba cercana la hora de iniciar el cortejo de las carrozas, pero todavía tuvimos tiempo más que suficiente para saludar a viejos y nuevos buenos amigos, algunos de ellos incondicionales a la hora de asistir a esta hermosa fiestas como es el caso del Alcalde de Pinoso, Lázaro Azorín, que este año acudía una vez más con las nuevas reinas de sus fiestas, adulta e infantil, acompañadas por sus damas.
Y amigos de Alicante, como los de la Foguera Oscar Esplá, hermanados con la peña El Candil, con la que se intercambian visitas de cortesía siempre que en ambas localidades se realiza un evento importante. En la delegación alicantina estaba incluida su presidenta, vicepresidenta, belleza adulta e infantil, así como damas de honor.
Por último y como colofón de nuestro momento protocolario, fui presentada al actual alcalde de Yecla, Marcos Ortuño Soto, y sus amables palabras me demostraron ser una gran persona, cercana y a medida de los requisitos de sus ciudadanos y, sobre todo, con un gran sentido del humor, ya que me prometió construirme un monumento en la plaza que yo eligiera, al saber que era asidua visitante de su localidad, ya fuese por motivos literarios o turísticos. ¡Jajaja!, hay que ver como son estos políticos.
Si quieres saber más detalles sobre estas preciosas y coloridas fiestas, te invito a que también leas mi reseña: YECLA-FIESTAS SAN ISIDRO 2014.
jueves, 29 de octubre de 2015
On 19:56:00 by María Serralba in Coachin Literario, InfoBlog, PROYECTO MARÍA SERRALBA, Ventana Cultural Sin comentarios
Hola amigos, seguro que alguno ya echaba de menos mis ocurrencias. Es cierto, llevo demasiado tiempo desconectada de vosotros, un poco más y se me olvida hasta cómo escribir, pero, es que últimamente he estado muy ocupada encajando las piezas del puzzle de un nuevo e instructivo proyecto, me refiero a Proyecto T.E.C.A. ¿Os gustaría saber en qué consiste?
Los que me conocéis bien sabéis, que el compartir es parte de mi filosofía de vida, pues bien, ahora tocaba la parte literaria. En muchas ocasiones me he preguntado qué habría sido de mí si en mi camino, hubiera tenido a mano un guía que me condujera correctamente en cada paso, un manual de instrucciones que me hubiese aconsejado en cada instante qué y cómo hacer las cosas y, lo más importante, me hubiese animado a seguir hacia delante sin temor al fracaso, al no gustar. Por suerte para mí, soy una persona tenaz y no me amilano con facilidad ante las adversidades, que han sido muchas y variadas, os lo aseguro; pero también he de confesaros que he tenido días malos, de esos que se te descargan las pilas y piensas, como Rocky Balboa, tirar la toalla.
Quizá el haber sufrido esa situación en primera persona fue lo que me hizo darme cuenta de lo difícil que puede resultar para alguien que no tiene ese tesón, el alcanzar su sueño de ser escritor, así que me dije: «aquí estoy yo para ayudaros», y de esa idea nació Proyecto T.E.C.A. y mi compromiso de hacer fácil la labor al resto de compañeros que les apasiona la escritura pero no se atreven a dar el gran paso.

T.E.C.A. es un proyecto dirigido a mayores con el único fin de alimentar sus ansias creativas y pasar un rato divertido mientras aprenden cosas nuevas. En él se potencia —entre otras cualidades— la imaginación, la creatividad, el conocimiento en general, la recuperación del hábito de la escritura y la lectura y, como uno de los puntales básicos, la sociabilidad, realizando ejercicios de brainstorming, de perder el miedo a leer en voz alta o interactuar y relacionarse con los demás, así como otras técnicas aplicadas a la auto ayuda.
«La finalidad principal de Proyecto T.E.C.A. es, que todos los participantes den lo mejor de sí y descubran su auténtico potencial».
Dentro de la metodología, cada taller está dividido en cuatro diferenciadas áreas: la teórica, la técnica, la informativa y la didáctica; quizá sea esta última la más esperada por los participantes ya que incluye el tutoríal y apoyo a un proyecto personal.
Con T.E.C.A. escribir ya no es una tarea IMPOSIBLE.
Aprovecho desde aquí para agradecer a la Concejalía de Acción Social del Ayto. de Alicante, el haber querido implantar Proyecto T.E.C.A. como Actividad Innovadora 2015 en los Centros de Mayores.
domingo, 28 de junio de 2015
El paseo por la Plaza de Gabriel Miró ya resulta una experiencia entrañable. Contemplar esos ficus milenarios que han sido testigos de tantas y tantas cosas, te hacen plantearte que tu paso por la vida es efímero, pero si a ello, le acompañas el poder contemplar, en vivo, la destreza sobre el lienzo, de estos maravillosos artistas, entonces la experiencia se torna inolvidable.
Con el enunciado «Jornadas de pintura en la Plaza Gabriel Miró», se ponía en marcha, hace unas semanas, una iniciativa de la Asociación de Artistas Alicantinos, en la cual se promueve uno de los oficios, hobbies, o, pasiones, como queráis llamarlo, más antiguas del mundo, y que ha acompañado al ser humano siempre, y en ese "siempre" me estoy remontando en la historia a la Era Prehistórica, nada menos. Ese arte ancestral es el de pintar.
Tras cada uno de estos artistas hay una historia, como la de "Gisba", Giuseppina Signoretto, por ejemplo, una italiana nacida en Pinerólo (Turín), que encontró la felicidad plena junto a su esposo, un deportista de élite de las modalidades de ciclismo y atletismo, pero también, al poder seguir desarrollando su pasión por la pintura al afincarse en España.
O, el caso de Elima Cardenal, alcoyana de nacimiento pero campellera de adopción. Una mujer encantadora que, además de compartir su arte, también ofrece su amistad a otros artistas del gremio, ayudándoles a que se sientan más integrados en este mundo de colores y pinceladas que en ocasiones, también resulta muy solitario.
Mi visita pictórica, como podríamos llamarla, por la Plaza de Gabriel Miró, ha continuado por los caminos que bifurcaban desde la hermosa fuente de La Aguadora. Mesas con bocetos en blanco a falta de ser coloreados, eran ofrecidos a los niños que querían probar distintas técnicas, por miembros de la Asociación, dando así un breve respiro a los padres resignados de la constante actividad de los más pequeños.

Finalizando mi vista, me detuve junto a otro de estos peculiares personajes, Ramón Rodríguez Rodríguez, un hombre sumamente educado y humilde. Aunque estaba reproduciendo una lámina, se notaba que aquellas pinceladas de luces y sombras, estaban cargadas de mucho arte. Una amena charla compartida bajo una bugambilia púrpura del parque, mi color favorito, me ha hecho reconocer en sus palabras, que este artista encerraba también a una gran persona.

Os invito a que acudáis al próximo encuentro de la Asociación de Artistas Alicantinos, escuchad sus experiencias y admirad sus obras. Merece la pena.
Para más información, entrad en el siguiente
©María Serralba
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«La fuerza inagotable que anida en mi interior, es la fuente de la que se nutre mi perseverancia por ver hecho realidad mi único deseo». Leimotiv de ©María Serralba
«Todo en la vida se puede llegar a lograr, tan solo es cuestión de TIEMPO, de DESEO, de ESFUERZO y siempre dotándolo con una generosa dosis de mucho AMOR». Da tiempo al Amor ©María Serralba
«Cuando la mente y el cuerpo están en perfecta sintonía, el ser humano es capaz de todo, y cuando esto no es así entonces... se puede esperar cualquier cosa de él». A la sombra de tu piel ©María Serralba
«En un mundo donde todo es sentimiento el sexo que tenga este carecerá de importancia». El Dios del faro ©María Serralba
«Todo el que se ensalza será humillado y el que se humille será ensalzado...». La estrella púrpura ©María Serralba
«Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro a mitad del camino». ©Sigmud Freud
«Sin los escritores, aun los actos más laudables son de un día». ©José Augusto Trinidad Martínez (Azorín)
«Un autor de historias fingidas escribe el libro que quiere leer y que no encuentra en ninguna parte». ©Augusto Roa Bastos
«Existe una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica y es, la voluntad». ©Albert Einstein
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